¿Es una cita.. o no? (Maribel Almeraya)

por **Alec Volturi** Miér Mayo 30, 2012 5:31 pm

Cuatro años... cuatro años desde la última vez que la vi. Podría decir que ese periodo de tiempo había sido largo pero para alguien como yo el tiempo era incomprensible algo vanal y repetitivo. Volví analizar su llamada en mi mente.

~Gianna me había hecho venir después de haber cumplido con mis obligaciones en la sala de tortura, neofitos la misma monotonía de siempre.

- Joven Alec lo llaman - me dijo llegando a la recepción justo cuando Heidi iba llegando con lo que serían nuestra cena. Tomé el auricular con parisomia.

- Ciao? - pregunté algo duditativo no era muy frecuente que alguien me llamara. Pero fue cuando escuché su risa tan familiar que caí en la cuenta de quien se trataba.

- Esa es forma de saludar a tu mejor amiga, Alec? - me preguntó entre risas, yo aún no podía creer que fuese ella, después de tanto tiempo en el creí que se había alejado del lado paranormal de su vida y se había establecido normalmente como siempre le decía, pero al parecer Maribel seguía siendo una terca.

- Humana.. pensé que habías muerto.. - y como era de esperarse me amenazó molesta diciendome que me daría con sus zapatos nuevos si no me callaba - Scusa, Scusa pero sabes que me gusta molestarte así que volviste.. ¿qué? ¿cenar?.. ¿esta noche? Y que sino no voy vendrás por mi arrastrandome? - suspire ahogando una risa, esa era la Maribel que recordaba siempre tan.. decidida en lo que quiere - de acuerdo, iré - y un chillido de emocion resonó al otro lado de la línea - Hasta entonces y Maribel... Es bueno saber que aún estas con vida - sonreí un poco al decir eso antes de colgar. Creo que mi expresión era lo suficientemente rara para Gianna, la cual me veía enarcando una ceja.

- Quiere que le mande a preparar el auto joven? - me preguntó sonriendo mientras acomodaba unos papeles.

- No se te a quitado la mala costumbre de escuchar conversaciones privadas ¿verdad? - le dije serio pero después negué ligeramente restandole importancia - Quiero el mercedes negro y pulido para las 7pm - concluí mientras salia con rumbo a mi habitación
~

La verdad es que estaba algo ansioso de volver a verla, era seguro que había cambiado para ella el tiempo si pasaba. Suspiré de nuevo por tercera vez, me sentía rídiculo enfundado en este traje pero por lo menos el color era de mi agrado, pulcramente negro de pies a cabeza sentado en una de las mesas del fondo donde había acordado verme con Maribel.

Le di vueltas al tulipan rojo que Gianna insistió que debía traer alegando que sería poco caballeroso llegar sin un presente aveces pensaba que esa humana se creía más nuestra nana que sólo la secretaría del Castillo.

- Una botella de Merlot del 75 - le dije a uno de los meseros que pasaban, él cual me miró extrañado era un completo dolor de cabeza parecer de 18 años cuando ya casi vas por el milenio de existencia - y rápido, per favore - dije cortante y con cara de pocos amigos a lo que el tipo salio literalmente corriendo y volviendo a los poco minutos con la botella y sirviendo un poco en mi copa, le di un pequeño sorbo, el sabor acido y dulce se instaló en mi boca despejando un poco mis ideas. Ahora solo faltaba que mi mejor y humana amiga apareciera.

por **Maribel Almeraya** Jue Mayo 31, 2012 10:15 pm

Sonreí por enésima vez ese dia, habia pasado tanto desde que habia estado en Volterra pero habia decidido que ya era hora de volver, cuatro años podía ser mucho tiempo, al menos para mí. Habia decidido que lo primero que haría era verlo, necesitaba hacerlo, después de todo era mi mejor amigo y el no saber nada de él por cuatro años era algo imperdonable, muchas veces me regañe a mi misma por nunca haberlo llamado o enviado cartas pero supongo que habia sido porque realmente no quería pensar en su ausencia… pero nada de eso importaba ahora, ya estaba de regreso y esta noche saldría con el. Saldría con Alec… volvi a chillar de emoción mientras que salía del baño, aun me sorprendía que hubiera logrado que el señor general-muy-ocupado Volturi hubiera aceptado tener esta cita conmigo… ¿Cita?

-No es una cita – me dije a mi misma, sacudiendo la cabeza – Solamente nos encontraremos, es un encuentro de amigos.. nada mas -.

Suspire y me dirigí a mi ropero dejando de lado pensamientos confusos. Me puse a revisar entre mis ropas en busca de algo en que ponerme, al final termine optando por un vestido blanco ajustado en la parte superior y que caía suelto a partir de las caderas hasta mitad de muslo, con algunos detalles en verdes que combinaban con mis ojos. Me mire en el espejo y pude ver el reflejo de una mujer, a diferencia de Alec que de seguro debería estar igual, yo habia crecido. Ya no era esa pequeña niña de a penas dieciséis años la cual lo habia conocido de pura casualidad una noche de Volterra, no, ahora era una mujer de veinte años y se notaba en su cuerpo y sus rasgos. Me quede contemplando mi reflejo un poco mas, decidiendo que el vestido era adecuado para la ocacion, deje mi cabello suelto con unas ligeras ondas castañas al final, un maquillaje muy suave y natural, y poniéndome unos tacos no muy altos para no dejar al pobre vampiro siendo un enano tome mi bolso y salí del pequeño apartamento que estaba alquilando.
La noche estaba hermosa, una gran luna creciente formaba una sonrisa blanca que iluminaba el cielo nocturno, tome un taxi para poder llegar al restaurante en el que acordamos encontrarnos. No me sorprendió el verlo ya en sentado en nuestra mesa, aunque aun era temprano, una sonrisa se extendió por todo mi rostro. Como supuse él no habia cambiado en nada, seguía siendo tan hermoso y serio como lo recordaba, asi era el, ese era mi Alec. Tratando de mantener la calma aunque mi corazón latía a toda velocidad, me fui acercando a él y no fue difícil para Alec ubicarme antes de que llegara a la mesa, cuando sus ojos me encontraron yo le sonreí, hasta que camine los últimos pasos hasta la mesa y él se levanto para saludarme.

-Buona Notte – el escuchar esa voz tan gruesa y seria, pero a la vez tan familiar me hizo sentir bien. Yo bufe exasperada por su formalidad y sin mas me lance sobre él para abrazarlo, y sabia que si él hubiera querido lo hubiera evitado con facilidad.

-Así se saluda a un viejo amigo Alec… - dije sonriendo de lado y lo estreche con mas fuerzas – Tu non sai quanto sono felice di vedere mio caro amico – lo habia extrañado mucho, pero ahora finalmente podía verlo de nuevo.

por **Alec Volturi** Dom Jun 03, 2012 11:43 am

Estaba tan absorto desmenuzando un trozo de pan de ajo con los dedos hasta que su efluvio me llegó de golpe, cuando levanté la mirada ella ya me estaba sonriendo pero lo que me impactó más y juró por Nosferatus que tuve que mantaner mi boca bien cerrada para que no cayera al suelo de la impresión. Como había pensado Maribel había cambiado, pero a lo largo de esos cuatros años sin vernos había madurado ya no era ni el fantasma de aquella chiquilla testaruda que se pasaba las tardes tratando de sacarme una sonrisa.

Me levanté en cuanto ya iba llegando a la mesa, la saludé como siempre lo había hecho pero creo que eso no bastaba para ella, facilmente pude haber esquivado su agarre pero no lo quería, la verdad se sentía tan reconfortante volver a sentir la calidez de su cuerpo, el martiriar tan familiar que era su corazón y el simple hecho de que era ella.

- Sabes bien que lo cariñoso nunca a sido una de mis cualidades -dije cuando el abrazo termino pero aún podia sentir su calor, tomé el tulipan de entre el compartimiento de mi saco y se lo tendí con una ligera reverencia - tambien es bueno volverte a ver Maribel, tu ausencia se hizo notar por este tiempo los demás en el Castillo preguntaban esporadicamente por ti - segui hablando mientras nos conducía a la mesa y sacaba caballerosamente su silla para que se sentará y volvía a hacerlo cuando ella ya había ocupado su lugar, lo que no pude evitar fue mirarla varias veces de incógnito, tenía que reconocer que Maribel se había vuelto una mujer muy bella, suspiré silenciosamente -tenía mis teorias con respecto a como serías si alguna vez nos llegaramos a encontrar de nuevo.. - hice una pausa mientras servía de manera inglesa un poco de vino en su copa - pero tengo que reconocer que la realidad superó ampliamente mis expectativas, luces muy bella - y ahí va, el sonrojo caracteristico de mi amiga coloreando de un fino rosa sus mejillas.

Bajé la mirada hacía mi copa para ocultar una sonrisa ¿porqué estaba actuando así? Tan.. Fuera de mi acostumbrado humor. Levanté de nuevo la mirada hacía ella, sonriendo ligeramente de lado.

- Seré curioso por primera vez.. ¿donde estabas? Aunque conociendote no sé porque presiento que a donde quiera que hayas estado te metiste en alguno que otro problema.. - dije en tono de broma solo para molestarla.

por **Maribel Almeraya** Jue Jun 07, 2012 5:11 pm

Me costó separarme de él, aun quería estar abrazada a Alec, aunque para el seguramente esos cuatro años que habían pasado no significaran mucho para mi si lo habían hecho y ahora que lo tenia de vuelta no quería separarme, como una niña pequeña que no quiere separarse de su mejor amigo de juegos del parque. Alec significaba tanto para mi, al principio me había causado mucha curiosidad, al ser tan bello y joven pero con esa seriedad y modales que parecían del siglo pasado; después aquello tan rutinario como el ir al Castillo, después de haberme enterado de la verdad de todo (y de que me dejaran viva después de eso), se volvió un acuerdo silencioso entre los dos, una pequeña amistad linda pero que a veces la sentía algo vacía, quizás por la seriedad y la frialdad con la que solía tratarme, aunque yo siempre hacia caso omiso de ella.

Pero la vez en que pude contar con Alec, el día en que cualquier barrera que pudo haber estado entre nosotros cayó, el día que Alec se volvió una importante parte de mí, fue el día en que mi mundo colapso, cuando las dos personas mas importantes de mi vida se fueron y me dejaron sola. Recuerdo que ese día cuando fui a verlo había llorado en sus brazos hasta quedarme dormida y que a la mañana siguiente al despertar me encontré en mi habitación en el departamento de mis padres. Los días siguientes a esos fueron muy oscuros para mi, hasta había dejado de ir al Castillo; casi una semana después de eso, una visita me sorprendió por completo, esa noche en el umbral de mi puerta estuvo Alec, mirando con seriedad mis ojeras y rostro demarcado. Él había sido mi luz, él me había ayudado a poder salir de aquel vacío en el que había caído después de la muerte de mis padres. Él, de a poco, había logrado a tapar ese vacío parcialmente, para que ya no doliera.

-Lo se, pero soy yo Alec, podrías hacer un esfuerzo – dije con un toque de broma, y una sonrisa se expandió por mi rostro al ver la flor que daba, acompañada de su muy educada reverencia - Es preciosa, grazie... – tome la flor y lo segui a la mesa mientras él retiraba mi silla para que me sentara. Alec siempre me había tratado como toda una dama, él era todo un caballero en regla. – Me alegra saber que no he sido olvidada, yo también los extrañe mucho a ellos -.

Mire con una sonrisa divertida como es que Alec se servía el vino de esa forma tan inglesa pero cuando escuche sus palabras levante mi mirada hacia la de él, mientras que sentía que el tan característico sonrojo subía a mis mejillas y los latidos de mi corazón aumentaban. Él siempre había tenido ese efecto sobre mí, con tan solo un simple piropo lograba que los colores volaran a mi rostro y yo sabia perfectamente que a él le encantaba hacer eso.

-Gra..gracias… - le sonreí – Tu luces tan bien como siempre – dije con un toque de burla para dejar de lado mi sonrojo.

Cuando levanto su vista hacia mi tuve que parpadear un par de veces, son pocas las veces que ves a Alec Volturi sonriendo y realmente son únicas todas y cada una de esas veces. Siempre he creído que tiene una preciosa sonrisa. Pero cuando pude asimilar las palabras que me había dicho fruncí el ceño y mande al diablo cualquier pensamiento lindo que tuviera sobre el.

-¿Qué quieres decir con eso? – le recrimine, haciendo un mohín muy característico en mi cuando Alec me molestaba, el simplemente se rio de mi actitud y yo gruñí por lo bajo mas molesta pero no dije nada mas porque era lindo verlo reír. – Pues para tu información he estado viajando por todo el mundo – hable cuando termino de reír – El dinero que herede de mis padres mas alguno que otro trabajo me ayudaron a financiar todos mis viajes, he visto lugares realmente hermosos y podido tocar tierra virgen – sonreí, soltando un suave suspiro – hasta me he dedicado a la fotografía, soy muy buena ¿sabias? -. Volví a centrar mi vista en el, ya que había comenzado a divagar en mis recuerdos, y lo encontré sonriendo de vuelta, una sonrisa pequeña pero muy dulce y hermosa – He fotografiado grandes maravillas en todo el mundo, pero tu sonrisa... –hago una pausa, sonriendo yo a la vez – eso es algo capaz de competir con todas esas bellezas – mi voz no era mas que un susurro pero sabia que me habia escuchado hasta el final.

por **Alec Volturi** Sáb Jun 09, 2012 12:11 am

Reí con ganas al notar su reacción, sabía de ante mano que eso la molestaría pero no me importaba, siempre me había gustado mucho ver esa línea de expresión marcada en su frente cuando fruncía el ceño, la encontraba inusualmente tierna. Verla sonreír siempre me traía recuerdos.. no todos buenos, pero eran recuerdos al fin de cuentas. Maribel y yo habíamos pasado tantas cosas juntos, siempre estando al pendiente del otro aunque mi carácter nunca dejara ver que ella en verdad me importaba, yo lo hacía.

- Ya sabes, un poco de ayuda vampirica y te conservas muy bien a pesar de tener casi mil años - dije con ironía ante su comentario, lo sé.. yo siempre luciré igual, siempre el mismo rostro juvenil y perfecto ante el espejo, la apariencia de un chico de 18 años eternamente, sin ningún cambio por la eternidad, suspire quedamente dejando ir con eso pensamientos que siempre me atormentaban si les daba mucha importancia - Sabía que vagarías por el mundo, eres demasiado inquieta para permanecer en un lugar mucho tiempo Maribel - dije con una sonrisa cuando ella terminó de mencionar todos aquellos lugares donde había estado, pero fue cuando ella mencionó lo de mi sonrisa y lo que pensaba acerca de ella que puedo jurar que sentí la sensación del sonrojo subiendo por mi cara a sabiendas que eso no sería posible, ¿yo, Alec Volturi avergonzado? pero que rayos estaba pasando conmigo?

- Grazie.. por el cumplido.. es.. muy halagador - dije balbuceando, es que.. no era normal que Maribel me dijese eso, si.. sabía que ella siempre se ha sorprendido por mi belleza sobrehumana, pero nunca antes había mencionado nada como eso - pero, sé que las bellezas mundiales son más asombrosas que este humilde vampiro - me encogí de hombros sin saber hacer otra cosa, justo cuando el camarero llegaba a tomar nuestra orden. Maribel se limito a observarme rodando los ojos y pidiendo su cena mientras yo me disculpaba con el escusa de que no tenía apetito, las apariencias que uno debe guardar para los demás humanos suelen ser algo batallosas en ocasiones, me limité a beber otro sorbo de mi copa levantando la vista de nuevo a ella.

Y justo cuando estaba por decir algo, un bullicio del otro lado del restaurante se hizo notar, al ver como un tipo se levantada de su asiento y se dirigía a un improvisado escenario que constaba solo de una módica tarima de madera y un micrófono y detrás de él la pantalla de plasma se encendió al momento de que la pista de una canción comenzaba y la letra empezaba a correr por la pantalla.

Él humano comenzó a cantar desafinadamente pero eso no fue lo que capturó mi atención, fue la letra de aquella canción la que me dejo paralizado.. era.. era como si alguien hubiese hurgado en mi mente y extraído cada palabra. Pero eso era más que ridículo.. yo aún no estaba seguro de nada, pensaba que tal vez todas estas sensaciones eran por que tenía tiempo de no verla.. si, debía ser eso.. no podía ser nada más ¿o si?

Sacudí la cabeza ligeramente, pero sin conseguir alejar aquellos pensamientos, sin contar que el humano iba en el estribillo de la canción.

Amiga si te acercas otro poco no resistiré, te besare
Amiga como es que no te das cuenta que ya nada puedo hacer, me enamoré..

Ya basta Alec!! Maribel es tu amiga, sólo eso, jamás te vería de otra forma así que solo limítate a seguir como si fuera solo una cena de amigos ¿entendido? Vaya, al parecer a pesar de todo si tenía conciencia. Traté de no mirar a Maribel hasta que la canción termino y ahora no podía encararla sin que la estupida letra rondara por mi mente.

- No sabía que este lugar hiciera noches de Karaoke.. deberían quitarlas irrumpen la paz de los demás comensales - dije mirando mi copa de vino con aburrimiento - Tus aventuras suenan fascinantes.. quisiera poder contarte algo parecido en mi lugar pero, ambos sabemos que he vivido con la misma rutina por años - suspiré levantando de poco en poco la vista, topandome con aquellas esmeraldas - ¿te parece que después de la cena hagamos un paseo? prometo llevarte temprano a tu hotel - dije ya más calmado pero aún algo nervioso - es que.. quiero aprovechar el tiempo perdido.. en verdad te extrañe mucho - y ahí lo tienes, no puedes cerrar la boca Alec.

por **Maribel Almeraya** Miér Jul 11, 2012 10:17 pm

Me tuve que morder el labio para reprimir la sonrisa que quería aflorar en mi rostro, esto era nuevo ¿había puesto nervioso a Alec? Admito que quizás mi comentario había sido algo lanzado de mi parte, pero en verdad no lo había podido evitar. Cuando termino de hablar el mesero se nos acercó por nuestra cena, yo lo mire a Alec divertida y simplemente rodé los ojos, sabiendo que él no tendría “apetito”, para mi pedí simplemente un plato de pastas con salsa a la boloñesa, no tenia mucho apetito después de todo. Nos quedamos unos segundos en silencio, con la salida del mozo, y cuando parecía que Alec hablaría un pequeño barullo llamo nuestra atención. Provenía del otro lado del restaurante, un hombre subió a una tarima y parecía que comenzaría una noche de karaoke en el restaurante. Pronto la música comenzó a tocar y sorprendentemente reconocí la melodía, un ligero sonrojo surco mis mejillas y agradecí que Alec no me estuviera viendo ese momento. Había escuchado esa canción hace unas semanas por un cantante español y la letra de la canción realmente me había cautivado, la razón por la que estaba sonrojada ahora es que había pensado en Alec cuando escuchaba la música y por un momento imagine que me la dedicaba.

Me mordí el labio y sacudí la cabeza, debía dejar todas esas cosas de una buena vez, admito que en un principio si había tenido un pequeño crush con Alec, pero bueno era solo una niña de dieciséis años y las hormonas afectan. Pero sabia que Alec jamás me vería como otra cosa que no fuera la humana que lo molestaba todas las tardes, me había costado mucho lograr forjar una buena amistad con él y no estaba dispuesta a arruinarla por unos tontos sentimientos que jamás serian correspondidos. El hombre termino de cantar y nos quedamos en unos segundos de silencio bastante incomodos para mí, al menos Alec no me miraba lo cual agradecía pero también me parecía algo extraño.

-Pues.. yo creo que fue.. entretenido – trate de que mi voz sonara lo mas normal posible. Mire su expresión al hablar sobre su vida estos años y realmente sentí mucha pena por el, Alec vivía en una jaula de piedra cuyos barrotes no eran visibles pero si palpables. Estaba a punto de decir algo pero él se me adelanto, proponiéndome un paseo después de la cena, pero fueron sus últimas palabras las que me dejaron sorprendida. Mi corazón comenzó a latir más rápido y fuerte por la euforia, aunque sabia que Alec quizás me hubiera extrañado un poco, el escucharlo decir eso lleno mi pecho de un sentimiento de alegría y calidez entremezclada que estaba segura de que me podría largarme a llorar de felicidad. No dramatices Maribel o echaras todo a perder, me dije a mi misma bajando la mirada unos segundos y luego la volví a alzar con la sonrisa mas grande que pude haber hecho. Al diablo mis fallidos intentos de retener esto, el chico me la estaba poniendo muy difícil, y además cualquier cosa podía echarle la culpa a la euforia de verlo. Levantando mi mano espere que el no retirara la suya y no lo hizo, tome la mano fría de él que sostenía la copa y la acaricie suavemente con los pulgares.

-Yo también te extrañe Alec, mucho… - dije aun sonriendo de esa manera y podía sentir como mis mejillas se encontraban cubiertas por un ligero rubor. Nos quedamos mirándonos los dos, yo perdida en esos ojos oscuros que conocía a la perfección y me pregunte por un segundo que estaría viendo él en los míos. Nuestro pequeño momento fue interrumpido por el mesero que se acercó con mi plato, yo solté rápidamente la mano de Alec y baje la mirada a la comida sintiendo mis mejillas arder mas, aquel momento había sido algo intenso, privado y ahora interrumpido. Suspire silenciosamente, el mesero había dicho algo que no llegue a escuchar realmente por no prestar atención y el silencio nos inundo nuevamente. – Provecho… - fue lo único que se me ocurrió decir mientras tomaba un tenedor y comenzaba a comer, en un intento de cortar con aquel silencio.

por **Alec Volturi** Vie Ago 03, 2012 8:41 pm

Estaba tan encimado en mis pensamientos donde solo Maribel estaba presente, ella y todo lo que su persona provocaban en mi que no fui consciente que el mesero se acercaba hasta que interrumpió nuestro intimo momento. Suspiré pesadamente mientras entrelazaba mis manos sobre la mesa y miraba asesinamente al mesero que ahora llevaba una bandeja con varias cosas. Sonreí con malicia sin que Maribel me viera, y puse a trabajar mi don con el sujeto haciendo que de la nada se desvaneciera en el suelo tirando sobre si todo lo que llevaba, incluida una sopa caliente.

Traté de no reírme y lo liberé de mi don dejandolo claramente confundido y gritando del dolor por las quemaduras, puse mi mejor cara de poker mientras veía distraídamente mi copa.

- Deberían tener más cuidado, los accidentes pasan cuando menos lo piensas y más sino pones atención - agregué bebiendo un sorbo del vino, sonriendole encantadoramente.

El silencio se sostuvo, pero no de la manera incomoda como habia sido. Ella comía y yo me dedicaba a verla disimuladamente sobre mi copa. Estaba seguro que los momentos que ambos sostuvimos la mirada del otro fueron especiales, no de la manera con que solíamos mirarnos sino algo más allá. Como si por esos segundos las barreras de nuestra amistad hubiesen caído y lo que ambos escondíamos reluciera más brillante que cualquier estrella nocturna. Sabía que esta muralla estaba flaqueando, lo sentía ¿o podrían ser solo suposiciones mias? No, claro que no lo eran. Ya que la manera con que aquel par de esmeraldas que por años habia apreciado me miraron de una manera especial, como nunca antes habian hecho.

La idea seguía dando vueltas en mi mente, era arriesgarse a niveles nuevos, salir de mi zona de comodidad para tratar de intentar algo que o bien podía salir muy bien y superar mis expectativas o podría llevar todo al desastre. Terminé mi copa al momento que ella terminaba su plato.

- Mi propuesta sigue en pie.. - dije sonriendo de lado mirándola expectante, no esperé a que respondiera ya que su ligera sonrisa me decía que habia aceptado desde el momento que lo propuse, pedí la cuenta y cuando ibamos saliendo del lugar me anime a tomarla de la mano hasta el coche que nos esperaba.

- Después de usted señorita - abrí la puerta del copiloto del mercedes caballerosamente, espere que entrara y cerré la puerta. El lapso de camino hacía el paseo que le había prometido a Maribel paso de buena forma, ambos recordando anécdotas del pasado y riendo de aquellas que lo ameritaban. Yo tenía que poner suficiente atención en el camino para no alarmar a Maribel, pero ella tampoco me la dejaba facil, su risa, su sonrisa, la delicada linea que se hacía en su nariz cuando hacía una mueca, toda ella me hinoptizaba.

- Llegamos.. - anuncié después de aparcar en lo más lejano y solitario de la playa, bajé rápidamente y antes de que ella no notará yo ya estaba abriendo su puerta esperándola con una sonrisa, aquellas que sólo ella podía arrancarme. - Espero que no te moleste algo de arena en tus zapatos.. - dije divertido tendiéndole mi mano.

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