¿Enserio eres tú? [Maribel]

Sonreí mientras caminaba por las calles de Volterra, era tan bueno regresar había extrañado mucho Italia. Hacia solo dos días que había vuelto y esta mañana cuando desperté y vi el cielo nublado una sonrisa afloro en mí y decidí dar una vuelta. Tomando mi preciada cámara y un paraguas por si llegaba a llover emprendí mi recorrido. Deje que mis pies me conducieran hasta la plaza de San Marcos.

Tenia tantos recuerdos de estos lugares, viendo las hermosas estructuras antiguas no pude evitar el impulso y tomando mi cámara comencé a tomar foto del lugar. Justo cuando estaba por tomar foto de una hermosa casa antigua una voz me detuvo en mi lugar, la reconocía donde fuera. Girando con una sonrisa me encontré con él, estaba tal cual lo recordaba.

-¡Alec! – dije feliz abrazándolo, el contacto de su piel fría fue muy familiar para mi - ¡Hey! ¿Cómo que una cana? ¡Malvado! – estuve a punto de pegarle pero recordé que era mas duro que una piedra y yo era la única que saldría lastimada, así que opte por sacarle la lengua.

-Si es así como me recibes mejor me voy nomás de vuelta – gruñí molesta, aunque en realidad no lo estaba. Me encontraba muy feliz por volver a ver a mi querido amigo después de tantos años.

No pude evitar sonrojarme cuando Alec beso mi mano, sea como sea era imposible no hacerlo cuando estabas de una persona tan hermosa, pero después de todo de eso se trataba ser vampiro. Ser tan hermosos que nosotros los humanos íbamos tras ellos como moscas a la miel. Pero saque de mi cabeza esos pensamientos.

-Credimi, caro amico, sono molto felice di essere tornato – sonrei feliz al ver que mi italiano no se habia deteriorado – Lo mismo digo Alec -.

Teniendo una idea tome mi camara y le saque una rapida foto, aunque sabia que él podria haberla evitado si hubiera querido.

-Sabes, eres muy fotogenico querido amigo – dije divertida viendo la foto.

-Y dime, ¿no quieres ir a tomar un helado y ponernos al tanto de todo lo que sucedido en nuestras vidas? – propuse con una sonrisa – Bueno, en realidad solo yo comere el helado pero es lo mismo -.

Sonrei cuando acepto mi propuesta, tome su frio brazo y nos dirigimos hacia la vieja heladeria de la plaza de San Marcos. Compré un helado de chocolate y vainilla y después nos dirigimos a una mesa del lugar.

-Si, mucho - le respondido cuando tomamos asiento - aunque no es el mejor que he probado, los de la India son realmente deliciosos, tienen unos sabores muy exóticos - Reí ligeramente al ver la cara de desconcierto de Alec.

-He estado viajando por todo el mundo durante estos últimos años - dije mientras comía un poco más de mi helado - visité muchos lugares y conocí gente muy buena y me divertí sacando fotos de todos esos lugares. Siempre atenta por sí me encontraba con alguien extremadamente pálido y hermoso y salir huyendo - agregue lo último riendo.

-Pues como no cuidarme sí tuve a un par de vampiros que siempre me molestaban con eso - dije divertida - pero se que lo hacían porque les importo - sonreí.

Pude notar como el animo de mi amigo decaia y con pena escuché sus palabras. A pesar de que pareciera de que Alec lo tuviera todo, la inmortalidad, la belleza, la verdad era que estaba atrapado dentro de unas cuatro paredes y eso era triste. Alargando mi brazo puse mi mano sobre la suya para captar su atención y entonces le sonreí.

-No te preocupes querido amigo, se que pronto conseguiras huir de ese horrible castillo - dije en tono suave - y cuando eso suceda tú y yo iremos de viaje y te mostrare los más bellos paisajes - le guiñe un ojo.

Terminando mi helado antes de que este se derritiera escuché a lo lejos como unos truenos comenzaban a sonar, pronto llovería.

-Y dime, ¿que ha sido de tú vida estos últimos cuatro años? ¿Que tal Janie, encantadora como siempre? - no pude evitar quitar el sarcasmo de mi voz en la última pregunta, pero se podría decir a mi favor que Jane Volturi no era la persona más sociable del planeta.-

Casi me ahogo con mi propia saliva cuando oigo hablar a Alec. Trate de que mi cerebro pudiera captar toda esta nueva información que mi querido amigo me acababa de transmitir. Pero estaba segura que sí mi boca no hubiera estado unida al resto de mi rostro de seguro ahora estaría por el suelo.

-Pero... tú y Heidi... y Jane... es decir... - balbucee cosas incoherentes mientras terminaba de procesar todo y obligue a mi boca a que se cerrara - No puedo creerlo - fue lo único que atine a decir.

Alec volvió a soltar una carcajada con mis palabras llamando de nuevo la atención de la gente a nuestro alrededor, yo los mire con cara de que se metieran en sus asuntos y así nos dejaron en paz.

-Vaya, pues no puedo decir otra cosa que estoy totalmente sorprendida, en especial con lo de Jane. ¿Quién hubiera dicho que Janie encontraría pareja? ¡Y encima ser madre! En verdad me gustaria conocer algun dia al novio de Jane - dije aún sin creermelo del todo - pero me alegro por ti y por Heidi y en verdad lamento no haber podido venir para su boda - le sonreí algo apenada. Entonces una duda me asaltó - Espera, ¿no se suponía que ustedes... bueno, no podían tener hijos? -.

Sí no mal recordaba así me lo había explicado Alec una vez, así que ¿como pudieron...?

Reí divertido ante la curiosidad de mi humana amiga, pero ella tenía razón aún algunos no podían creer que Janie fuese madre, pero desde que esta con el idiota de Peace mi hermana es totalmente diferente a la que alguna vez fue, claro que este cambio fue para bien.

- Su novio es algo... peculiar - dije entre dientes, todos sabían que Peace nunca a sido santo de mi devoción pero pues él hacía feliz a mi hermana y se supone que con eso me bastaba no? - pero la hace feliz y eso es lo que importa - un largo suspiro escapo de mi pecho al recordar por todo lo que Peace nos había echo pasar - no te preocupes Mary, después te mostraré el video de la boda aunque de una vez te advierto que el camarografo es un asco -

Cuando Maribel preguntó acerca de como tanto yo como Jane habíamos sido padres tuve que morderme el labio para no soltar otra carcajada.

- Oh no, creo que no me explique bien - dije entre risas - tanto Kristine como la pequeña Elena son adoptadas, e híbridas - recuerdo que eso tambien se lo había explicado a Maribel hace tiempo - por eso fue que pudimos ser padres. Yo y Heidi encontramos a la pequeña Kristine en el bosque de Forks cuando yo estaba de visita por allá, cuando aún Heidi era parte de ellos y creo que Jane y Connor encontraron a la pequeña Elena aqui en Volterra - dije pensativo.

Aún a estas alturas yo me seguía preguntando como fue que terminé así yo uno de los más temidos Volturi era esposo de una hermosa y perfecta vampira y padre de un lindo ángel.

No pude evitar reirme entre dientes ante la actitud de querido amigo vampiro, se notaba a leguas que no le caia para nada bien su cuñado, me pregunte porque seria. Sonrei feliz de poder ver por lo menos el video de la boda de mis queridos amigos.

-No te preocupes Alec, con tal de ver aunque sea un poco estare feliz - le dije sonriendo -Pero tengo curiosidad, ¿quien fue el tan mal camarografo? -.

Cuando Alec me explico mejor el hecho de como habian llegado a ser padres él y Jane me senti algo tonta y las risas de Alec no ayudaron mucho que digamos, podia sentir mis mejillas acaloradas y eso solo parecio causarle mas risa.

-Ah entiendo - dije mientras que mi sonrojo iba desapareciendo - Pues me alegro por ustedes, de seguro son unos excelentes padres - le sonrei.

Alec estaba distinto, en estos años que no lo habia visto habia cambiado. Ya no era tan frio y distante como antes, cuando lo conoci siempre se me hacia imposible tratar de ver a traves de esa máscara imperturbable que era su rostro, pocas veces dejaba relucir sus sentimientos. Pero ahora sonreia todo el tiempo.

-Has cambiado... y mucho - susurre con una pequeña sonrisa en el rostro - ya no eres ese vampiro frio pero amigable que conoci. Ahora ya no eres tan distante y mucho mas calido, figurativamente claro - rei mientras tocaba la helada piel de su mano.

Reí ante sus palabras, al parecer el cuñado de Alec era alguien realmente interesante de conocer, esperaba poder conocerlo dentro de poco.

-Pues parece ser todo lo contrario a lo que es Jane – dije sonriendo – Bueno, creo que es cierto lo de que los polos opuestos se atraen – bromee. Sonreí a Alec mientras acariciaba su mano con mi pulgar – Si, por suerte – me reí – aunque no eras taaan amargado, era cuestión de entrar en confianza – le dije.

Me sonroje fuertemente cuando escuche la siguiente pregunta de Alec y ahí recordé lo que me molestaba de el. Adoraba molestarme y hacerme sonrojar, lo mire molesta y estuve tentada a sacarle la lengua como una niña pequeña pero solo seria para peor.

-No, soy soltera y orgullosa de ello – dije inflando el pecho y después suspire – La verdad es que he conocido a gente muy agradable, pero Cupido es malo conmigo y me ignora – susurre haciendo un mohín.

Uff… sino fuera por el hecho de que Alec era vampiro ya estaría dándole un buen zape, en verdad era molesto cuando quería y lograba sacarme de quicio. Le medio gruñí para que entendiera que parara o sufriría las consecuencias, y sorprendentemente paro, aunque mas asombro me dio sus siguientes palabras.

-Vaya… pues gracias Alec – le sonreí tiernamente – Así espero, seria lindo no estar tan sola -.

Un gran trueno resonó en el ambiente y las palabras de Alec solo sellaron todo el trato, la lluvia era inminente. Y como el cielo gris, mi humor decayó de forma dramática, era totalmente injusto ver a un viejo y querido amigo y que el tiempo te quitara la oportunidad de estar más tiempo con él.

-Sí, así es – susurre con tristeza. Pero entonces la pregunta de Alec me sorprendió, claro que tenía donde quedarme pero en este momento no tenía ganas de volver allí, sola.

Me quede de piedra cuando oí la propuesta de mi querido amigo, ¿yo? ¿una humana, en el gran castillo vampiro? ¿Alec había perdido la cabeza o qué? Claro que quería ver a Heidi, a Chelsea y a los demás, pero…

-Alec, ¿estas demente? Te lo recuerdo soy HUMANA – dije resaltando la última palabra - ¿Y quieres que pase la noche en un castillo repleto de vampiros? -.

Cuando escuche el comentario de Alec sobre Demetri estuve a punto de saltar sobre el estrangularlo aunque sabía que era en vano ya que él ya estaba muerto, pero al menos para sacarme las ganas. Pero teníamos demasiadas miradas curiosas sobre nosotros como para agregar una escenita más.

-Sabes que yo no tengo problemas Alec – dije forzando una sonrisa – pero tú y yo sabemos que él siempre estuvo enamorado de ti, lástima que Heidi le gano la mano – bromee.

Lo escuche gruñir ligeramente y la que se reía ahora era yo, en el pasado solía molestar a Alec con el tema de su sexualidad ya que nunca había estado con una chica y yo había tenido mis dudas. Aunque después me había quedado claro “para que equipo jugaba” me gustaba molestarlo con eso, una de las pocas con las que podía hacerlo enojar.

-Ya, ya no te pongas a gruñir como perro – dije viendo cómo se molestaba – ok, la verdad es que me gustaría poder ir allí pero prométeme que no me pasara nada, quiero vivir algunas décadas más – sabía que nada me pasaría, Alec jamás dejaría que algo me pasara, por eso lo quería tanto.

Alec rápidamente me dio alcance y me pidió disculpas, eso me hizo sonreír interiormente sabia que Alec era uno de los vampiros mas respetados de todo el mundo pero aun así conmigo era capaz de hasta pedir disculpas. Me gire hacia él y lo abrace por la cintura besando su mejilla.

-Quizás no se te de mucho pero cuando en verdad quieres puedes ser muy gracioso – le dije con una gran sonrisa, para que entendiera que ya no estaba molesta – Claro que estoy de acuerdo enano Volturiano – bromee - ¿A dónde crees que me iba? Necesito empacar algo de mi ropa si iré a dormir en el gran castillo vampírico de Italia – susurre divertida para que los simples humanos no nos escucharan y me vieran como una loca por hablar como lo hacia.

Él rio entre dientes y seguimos nuestro camino hacia el pequeño departamento que estaba alquilando por estos días. Después de abrir la puerta lo recibí solo con un “Bienvenido” y dejándolo solo en la sala fui a buscar las ropas que llevaría por ese par de días, cuando tuve todo empacado en el bolso de mano volví con a la sala donde estaba Alec, admirando el lugar. A decir verdad no era la gran cosa, un pequeño departamento con una sala-comedor, una pequeña cocina adjunta, un baño minúsculo y una sola habitación, pero estaba mas o menos aceptable y no tenia pestes ni nada, era lo mejor que había conseguido con el poco dinero que me quedaba.

-¿Lindo, eh? – Comente con una sonrisa de lado mientras me dirigía a la salida - ¿Vamos? -.